Ustedes no tienen una idea de la cantidad de casos de finanzas personales que han pasado por mis manos en los últimos 9 años de mi vida.
A mano alzada, hagamos este número:
- 9 años como coach financiero
- Cada año ha tenido al menos 50 semanas laboradas. Esto significa 450 semanas laboradas (9x50 = 450).
- Vamos a estimar al menos 3 casos nuevos por semana (nuevos de paquete, no gente en control). Esto nos deja con 1.350 casos (450x3 = 1.350). Este número, aunque parezca increíble, es bajo. Por regla general cada semana ha ingresado al menos 1 caso, y hay "semanas de semanas" donde han entrado hasta 5 casos, cuidado y no más, ya que después de una charla mucha gente levanta la mano al mismo tiempo.
Ahora bien, lo siguiente, ustedes dirán si es asombroso o no, para mí, ha sido la constante que he encontrado en estos años de servicio: el 95% de los casos atendidos, han sido consultas por dificultades de pago de sus créditos.
De este 95%, la mayoría abrumadora, ha llegado a mí con esta idea: "Necesito un préstamo para poder acomodar mis finanzas". Con las manos puedo contar quienes en esta situación de alto endeudamiento han acudido porque desean aprender, corregir y mejorar su administración.
Para una gran parte de estas personas, esa opción de "refinanciar"ya no era posible, fuera por historial crediticio o por nivel de endeudamiento, sus opciones para nuevas operaciones crediticias eran inexistentes.
Para muy pocos esta opción de adquirir una nueva operación para "unificar", "consolidar", "refundir" o "refinanciar" sí era aún posible, pero para muy muy pocos, esto era conveniente.
Cuando uno desea salir de deudas ¿Cómo es que una nueva deuda le va a ayudar? ¿Cómo es que extender el plazo de sus deudas le va a permitir liberarse de ellas? Usualmente las personas con esta idea, vienen con deseo de "alivio" no de "cura".
El supuesto es que "si logro que la cuota me baje, ya puedo salir adelante". Pero, ¿cómo va a salir adelante si lo que ocasionó la situación aún no se ha resuelto? ¿Si la situación que le llevó hasta este punto aún no está clara?
La solución nunca será un nuevo préstamo o un refinanciamiento. La solución la va a encontrar cuando pueda aceptar que quien ocupa un cambio de condiciones es su persona y no sus deudas. Cuando pueda conocerse y diseñar cómo ordenar sus prioridades, cómo planificar, cómo decidir, cómo gestionar sus emociones y como ejecutar pensando en su bienestar presente y futuro.
Las personas que logran refinanciar, no tienen el éxito asegurado, quienes se educan sí.
Quienes refinancian pierden más dinero. Ese dinero ganado con el sudor de su frente, se lo va dar a una entidad financiera por propia voluntad (y mala cabeza).
La solución no es sexy, eso lo comprendo, pero es posible. La solución no es comentada en almuerzos y fiestas, no me la ofrecen en los medios de comunicación, no me llegan al correo, no me llaman, pero es posible y comienza con un darse cuenta: necesito cambiar, necesito aprender, necesito actuar diferente, necesito decidir diferente, necesito organizarme para pagar las deudas que ya tengo y no andar buscando y fijando mis esperanzas en nuevos créditos.
Refinanciar es caro, muy caro y hay otras formas de liberarse e incluso ahorrarse millones de colones en intereses, millones sí.
Las personas que han aprendido pueden dar fe de que información y formación es la solución. Sé parte de la solución y no parte del problema.
Un abrazo y estamos para servirte si necesitas asesoría y acompañamiento.
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